jueves, 23 de octubre de 2008

VILLAVICENCIO y sus Caracoles.

Recorrimos sus entrañas.
Ubicación geográfica: Cuyo- Mendoza.
Datos:
* Fecha del viaje: marzo/2007.
* Integrantes: los abuelos Carlos Massarutto y Susana Villa en automóvil.
* Otro viaje a la provincia cuyana. Debut de alta montaña para el nuevo Corsa.
La idea era: base en Uspallata, recorrer la cordillera, conocer nuevos sitios de interés y revivir los ya conocidos. La deuda pendiente: enroscarnos en los Caracoles de Villavicencio.
* Itinerario: salida de Lomas del Mirador, Villa Mercedes- pcia de San Luís, ciudad de Mendoza, Uspallata, y regreso a Lomas del Mirador.
* Extensión aproximada: 3.450 kms. Duración: 12 días.
Comentario. Un compañero de estudio que conoció los Caracoles de Villavicencio nos transmitió la inquietud. Siempre nos recordaba con placer el haberlos conocidos.
Años pasados recorrimos la ruta desde la ciudad capital hasta el ex Hotel Termas de Villavicencio. Ya avanzada la tarde desistimos de transitar los caracoles hacia Uspallata para no regresar de noche. Lo dejamos como objetivo para una próxima oportunidad y al fin se dio.
RELATO.
Domingo 4/03/07, viaje de ida hasta Villa Mercedes para pernoctar allí, ingresando a conocer localidades no visitadas, como ser Rojas, Rufino y Laboulaye.
Las mismas características para el siguiente día visitando el dique Paso de las Carretas y la nueva Ciudad de La Punta en la pcia de San Luis y noche en Mendoza capital..
A media mañana, al oeste hacia Uspallata en la precordillera andina transitando la RN 7 por cuestas, gargantas naturales, túneles excavados en la roca viva del cerro, curvas y contra curvas, a la vera del río Mendoza hasta llegar el valle e Uspallata, donde verdean potreros de alfalfa, chacras y bellas alamedas.
Además de visitar distintos lugares de interés recorrimos en varias oportunidades la ruta hacia la cordillera, con detenciones y caminatas; arribando a Las Cuevas y ascendiendo al Monumento al Cristo Redentor con 4.200 msnm, tras una serpenteante subida de exigente dificultad que en 9 km asciende casi 1000 de altura.
En la tarde del miércoles 7/03 decidimos ir hasta el ex Hotel Termas de Villavicencio.
Camino de ripio que entra en un valle abierto y semidesértico, teniendo a un lado las sierras de Uspallata y al otro las del Chacay.
Más adelante se torna sinuosa y se arriba al punto de máxima altura de la dilatada meseta: Cruz de Paramillo con 3.000 msnm, donde la tarde se presentaba bastante nublada.
Existe un mirador desde donde se divisa el cerro Aconcagua y el valle de Uspallata.
Alrededor del 1.700 los jesuitas explotaron una mina de plata y construyeron una pequeña capilla de piedra con una cruz que dio el nombre al lugar.
A partir de allí comienza el descenso hacia el ex Hotel Termas, el camino se torna muy sinuoso y la niebla se hacía cada vez más intensa.
Al girar de ladera, la visión era prácticamente nula (no más de 10 o 15 mts) lo que nos desalentó a seguir adelante, por dos motivos: uno el peligro de circular en ciego y no poder ver quien viene de enfrente, el segundo nos perdíamos todo la imagen de los famosos caracoles de Villavicencio.
Donde se pudo, invertimos el sentido de la marcha y comenzó el regreso. En Cruz de Paramillo comenzó la bajada y el sol nuevamente iluminaba el cielo.
Dos días después el segundo intento de cumplir con los caracoles de Villavicencio, tras los consejos de un lugareño que presagiaba buen tiempo y sin niebla en los caracoles.
El mismo recorrido pero al llegar a Cruz de Paramillo se tornó con neblinas y presagiamos otro intento fracasado. Por suerte no fue así; al girar de ladera, si bien seguía nublado, había muy buena visibilidad.
Comenzó el sinuoso descenso, con fuertes precipicios, abundante vegetación y excelentes vistas; el angosto camino cada vez más cerrado y pronunciado hasta arribar al ex hotel.
Detenidos en un punto panorámico, bien pegados a la ladera, en lugar
visible para otro viajante, observamos la cima de cerros que quedaban por debajo de nuestro nivel de altura y allá lejos, al fondo, se observaba entre la vegetación, pequeño, el edificio del ex Hotel Termas.
Transcurrieron horas entre caminatas, paseos y mate. Al salir, mientras Susana tomaba fotos, leo el aviso en un cartel, que consignaba: “… alta dificultad, suma en primera velocidad…”
Respetuoso voy a hacer caso, por algo será…, puse primera, aceleré y a trepar las mimas curvas y contra curvas cerradas, con ladera y precipicio a ambos lados y ripio en bastante mal estado.
En 1ra velocidad y pisando fuerte el acelerador hicimos los primeros 9 km continuos de recorrido.
Luego pude colocar la siguiente marcha para transitar, entre 1ra y 2da velocidad, 8 km más: en total 17 km, eligiendo el mejor lugar para poner las ruedas, mantener la mano de circulación, tocar bocina en las cerradas curvas sin ocasionar desvío al vacío, y mirar adelante por si se aproxima de frente otro vehículo.
Este camino -los caracoles de Villavicencio- se lo suele denominar “la ruta del año” pues dicen que posee 365 curvas: no estoy seguro de ello, no las pude contar… otra vez, quizás!!!. Ah!!, recordar que era la primitiva RN 7 y antiguo camino a Chile.
Luego se torna más suave y simple hasta Cruz de Paramillo, donde ya casi no existían nubes.
De allí y hasta Uspallata nuevamente sol radiante.
Los cerros detienen las nubes según la orientación del viento. Suerte que acatamos los consejos del lugareño; saben con solo mirar de que lado sopla el viento.
Final: otra excursión que vale la pena hacerla. Es exigente pero esta recompensada por lo que ofrece.
A nuestro criterio brinda dos experiencias distintas: apreciar la naturaleza del paisaje en la bajada hacia el ex hotel y vencer la exigente dificultad del camino en su trepada.
Nos sentimos muy satisfechos y orgullosos de haberla podido concretar.
Las fotografías son de nuestra propiedad.
Experiencia vivida por Carlos Massarutto y Susana Villa- Lomas del Mirador-Bs As- marzo/07.

miércoles, 15 de octubre de 2008

MALARGUE, una postal Navideña

Ciudad en blanco y blanco.
Ubicación geográfica: Cuyo- sur mendocino.
Datos:
* Fecha del viaje: agosto/2002.
* Integrantes: Carlos y Susana en automóvil.
* Primer viaje al departamento más austral y extenso de Mendoza para conocer y encontrar un poco de nieve.
* Itinerario: salida desde Lomas del Mirador directo a San Rafael, Malargue, Las Leñas, Cañón del Atuel y regreso a casa.
* Extensión aproximada: 3.350 kms. Duración: 10 días.
RELATO.
Nos habían recomendado conocer esta ciudad en invierno. Quien lo trasmitió dijo: con nieve es una postal navideña europea. No se lo pierdan.
El 1er día -sábado 3/08/2002- en directo hasta San Rafael, con detenciones en Junín, Realicó (pcia de La Pampa) y arribo s San Rafael donde hicimos base visitando sus sitios interés.
El martes 6/08/2002 provistos de cadenas partimos hacia Malargue, en un día muy nublado, frío con tormentas nocturnas; cruzamos el río Diamante, RP 144 al SO, cuesta de Los Terneros, Salinas del Diamante (depresión de los Huarpes), empalme con RN 40 al sur, Cañada Amarilla, Los Parlamentos (así denominado por los encuentros y acuerdos celebrados con las tribus aborígenes durante la campaña del desierto) y Los Positos (sí con ”s”) alcanzamos El Sonseado.
Desde las salinas veíamos pequeñas manchas blancas que se intensificaban cada vez más.
Adelante, la ruta y los “pingüinos” que bombeaban petróleo era lo único distinto al blanco que nos envolvía; viajamos dentro de un tapiz de nieve.
El Sosneado estaba todo cubierto; de los aleros de los techos colgaba nieve helada, los árboles blancos, el surtidor de nafta sumergido hasta la mitad, detenidos un ómnibus y varios autos.
Durante la noche se desató un temporal, como hace muchos años no se producía.
Nos comentaron que el poblado se ubica en la boca de un embudo que forman dos cordones de la cordillera principal, y es castigado por los temporales del oeste.
Aconsejó Gendarmería, con cadenas y extrema precaución se puede seguir, no intentar ir a Las Leñas, el camino esta bloqueado.
Despacio avanzamos sobre la huella que dejó la máquina barredora; en su centro y todo alrededor, un manto blanco de nieve.
El puente del río Nihuil, solo era visible sus barandas y una pequeña cinta de agua; ingresamos al departamento de Malargue.
De un vehículo estacionado, retiraban sus cadenas. Nos advierten: imposible ir a Las Leñas, esta cortado por avalanchas.
Se helaba la nieve acumulada debajo del coche; impedía movilizar el varillaje de la caja de cambio.
Cruzamos un vehículo que circulaba de frente por la única huella. Formamos el espacio para el paso del otro “pechando” la nieve con los laterales de los autos.
Arribamos a la ciudad, por supuesto, cubierta toda de blanco, nieve por donde se mire.
A la tarde fuimos al aeropuerto a tomar un café caliente; el ingreso fue algo atípico.
La nieve lo cubría todo, no se veía nada; ubicamos las barandas de un puente y su puerta de ingreso; nos dijimos: “por aquí tiene que ser”. Por suerte era.
Para estacionar dentro y cerca de la confitería seguimos las huelas del camión de bomberos.
Desde el ventanal vimos un avión que había llegado hacía poco tiempo.
¿Como lo hizo? nos dieron respuesta: el camión de bomberos fue pisando la nieve de la pista y de acceso a las instalaciones, así el piloto tenía referencia para el aterrizaje. Increíble!!!. Menos mal que nosotros viajábamos en auto...
Con botas adecuadas, pateamos por la ciudad, sacamos los boletos en el micro local, cenamos, y seguimos caminando hasta el descanso.
Las acequias que corren paralelas a las calles totalmente cubiertas, no se veían y ante algún descuido era posible caer dentro de ellas.
Los pobladores “paleaban” sus veredas y puentes de acceso para permitir un seguro transitar.
Era hermoso observar la plaza principal Gral San Martín, totalmente cubierta de nieve, sus árboles blancos como postal navideña, la luz amarilla de sus faroles contrastaban con su alrededor.
Sobre sus globos quedaban depositados copetes triangulares de nieve helada, al igual que en los cercos y aleros de las casas.
El boulevard San Martín –su calle principal y RN 40- solo tenía libre algo más de un carril en cada mano (el despejado por la máquina barredora); a sus lados y en el centro quedaba amontonada nieve helada de más de 1 mts de altura. Bello, a pesar de los rezongos de sus pobladores.
Malargue nos cayó de maravilla!!!
El día siguiente, un domingo bien frío, lo pasamos en Las Leñas: el camino de acceso sin despejar, banquina, asfalto, laderas, suelo, campo, era todo igual!!!. Nevaba, que pasará.
Fue hermoso ver el amanecer sobre la ruta, entre valles y cerros todo nevados; igual el atardecer.
Viajamos detrás de la máquina barredora durante todo el recorrido hasta el centro invernal.
Había acumulada en la base más de 3 mts de nieve.

Los postes de las señales camineras estaban casi totalmente cubiertas, la playa de estacionamiento y sus rodados no existían. Solo era visible hileras de palos o cañas enterradas en la nieve que marcan la ubicación de los vehículos totalmente cubiertos de nieve.
Las siguientes jornadas las dedicamos a visitar los sitios de interés, a pie y en auto, por las cercanías, por sus calles mojadas por la nieve derretida.
El trato y la cordialidad de su gente nos hizo sentir muy cómodos.
Emprendimos el regreso algo tristes por tener que dejarla, pero muy contentos por lo que nos brindó. Ya decidíamos: “hay que volver otra vez, en verano para recorrer mucho más su zona”.
Lo cumplimos en el verano del 2004. Nos brindó otra sorpresa: posterior a una fea noche, gozamos de un espléndido amanecer, fresco pero con sol radiante.
Los cerros que encierran la ciudad todos cubiertos de blanco. Nuevamente Malargue nos recibió con nieve y en pleno verano.
Siguen aún los copos de nieve helada encima de los globos de las luces de la plaza; también sobre los ceros de los jardines.
Comentario final: primera visita al sur mendocino en pleno invierno y sin conocer la nieve.
Nos topamos con un temporal de aquellos. Lo sorteamos bastante bien.
Nos trataron y la pasamos fenómeno, tenemos excusa para regresar.
El que sufrió un poco fue el auto; se bañó con nieve por primera vez, la tenía hasta dentro del baúl.
Nos acostumbramos a destacar a Malargue como algo que nos pegó mucho.
La sentimos como nuestra y la recordamos siempre.
Las fotografías son de nuestra propiedad.
Experiencia vivida por Carlos Massarutto y Susana Villa- Lomas del Mirador- Bs As en agosto/2.002.